La cúrcuma, también conocida como azafrán de la tierra, es una de las especias más antiguas y apreciadas en la cocina natural. Con su color vibrante y sabor ligeramente terroso, no solo da un toque especial a las recetas, sino que también es valorada en tradiciones antiguas como un ingrediente asociado al bienestar.
Su principal componente, la curcumina, es ampliamente estudiado por sus propiedades antioxidantes y por ser un aliado en dietas basadas en alimentos naturales. Además, se utiliza tradicionalmente en culturas orientales como una especia que favorece una digestión suave.
Más que una simple especia, incluir la cúrcuma en preparaciones caseras puede convertirse en un ritual diario de autocuidado. Lo importante es usarla con equilibrio, siempre como parte de una alimentación variada y natural.